A un paso de concretarse el 'Programa Escuadra' de la Armada de Chile

Las primeras unidades de la flota de la Escuadra Nacional se darán de baja el 2004, por lo que este año debe haber en Chile al menos dos unidades de segunda mano de reemplazo. Gran Bretaña ya comprometió la venta de la fragata "Sheffield" clase Broadsword, que tiene la mitad de su vida útil disponible.

La Armada de Chile está inserta en un profundo proceso de renovación y desarrollo que pretende a largo plazo reemplazar o modernizar buques, submarinos, aeronaves, equipamiento de la Infantería de Marina e instalaciones terrestres de apoyo logístico de acuerdo a imperativos estratégicos o tácticos, coherentes con las políticas de defensa, desarrollo y de relaciones exteriores del país.

Sin embargo, dado el alto costo de financiamiento que implicaría la renovación completa de la institución naval, y luego que el gobierno postergara indefinidamente el Plan Tridente, la Escuadra Nacional con el comandante en jefe a la cabeza, Almirante Miguel Angel Vergara se abocó de lleno a la búsqueda de alternativas más factibles económicamente para la renovación de sus unidades de superficie.

"PROGRAMA ESCUADRA"

De esta manera en mayo de 2002, el gobierno pidió a la Armada rediseñar el programa de renovación de la flota, lo que hoy se conoce como "Programa Escuadra", que tiene dos proyectos paralelos asociados.

Estos son el "Proyecto Puente" que contempla la adquisición de dos buques usados antes de 2005, y el "Proyecto Fragatas", destinado a la construcción en astilleros del país de cuatro fragatas más, vía licitación.

En este contexto la Armada vive días decisivos, ya que además de la autorización para la adquisición a Inglaterra de la fragata "Sheffield", el gobierno estaría en la etapa final de análisis del proyecto Fragatas, temas que serán analizados por el jefe de servicios de Relaciones Públicas de la Armada, Capitán de Fragata, Juan Pablo Barros

P: ¿Cuál es el ideal de nave que necesita la Armada?

R: Lo que la Armada necesita, más aún, lo que el país necesita, son buques con una capacidad oceánica adecuada, lo que significa que puedan estar en cualquier parte donde los intereses nacionales sean amenazados. Buques que puedan operar en nuestras áreas de responsabilidad marítimas que son tremendas en términos de condiciones climáticas y de navegación. Buques que puedan estar en alta mar enfrentados a condiciones mucho más exigentes. Buques que tengan autonomía logística, gran capacidad de combustible, de almacenamiento de víveres para la tripulación, es decir, gran capacidad para estar periodos largos fuera de su puerto base. Todas estas características implican que se requiere un buque de gran tamaño, sobre las cuatro mil toneladas.

PROYECTO PUENTE

Esta iniciativa contempla la renovación de la Escuadra mediante buques usados de menor data que los que cuenta la Armada, que tienen 40 años promedio, es decir, más del promedio internacional de tiempo de operación que es de aproximadamente 30 años.

La institución, que ha comenzado a dar de baja en forma gradual su flota, pensó en la posibilidad de adquirir fragatas usadas como un "puente" para llegar a la solución deseada que es la construcción naval en Chile, lo que no significa que esa sea la forma en que la Armada va a resolver la renovación de su flota.

En el marco de este proyecto el gobierno autorizó la adquisición de la fragata "Sheffield" clase Broadsword a Inglaterra.

P: ¿Se concretó finalmente la compra?

R: La Sheffield es una realidad, nuestras dotaciones están preparándose para ir a Inglaterra a recibir el buque, el que debiera estar operando a principios de 2004. Estaríamos próximos a nombrar un comandante. En términos de características técnicas, a esta fragata le quedan más o menos 15 años de vida útil, lo que está dentro de los parámetros que buscábamos. Hay que precisar que Inglaterra no lo da de baja por vieja, sino porque existe la voluntad de este país de estar en la renovación de la flota chilena.

P: ¿Cuál es la otra oferta que están evaluando?

R: Al día de hoy, no hay ninguna oferta concreta. Lamentablemente es que no hay otro buque en el mercado con características similares a la Sheffield.

P: ¿El que sean fragatas de segunda mano implica que van a tener menos operatividad?

R: El que sea de segunda mano no tiene tanta importancia, la importancia es que el buque esté en condiciones de interoperar con su propia marina y con otras marinas del mundo. Normalmente a los 15 años de vida útil los buques se actualizan y acondicionan, y en eso Chile tiene una amplia experiencia, con las naves que se adquirieron a Inglaterra bajo el programa "Olimpo". No siendo la solución ideal es la opción que tenemos. Un buque usado está hecho a la medida del país de origen y aunque pueden existir ciertas características comunes, cada país tiene condiciones particulares. Chile tiene particulares condiciones de meteorología, de navegación además de responsabilidades internacionales como cooperación para realizar determinadas tareas en protección de la seguridad de la vida humana en el mar, el control de la contaminación, etc.

CHILE PUEDE CONSTRUIR FRAGATAS

P: ¿Está capacitado Asmar para construir fragatas?

R: Tenemos historia de construcción naval de buques de guerra, pero no tenemos historia de construcción de fragatas, por lo que sería un salto tecnológico de gran impacto para el país. En cuanto a si Asmar está capacitado, a modo de síntesis este astillero ha construido para la Armada de Chile las barcazas tipo Batral, el buque de transporte Aquiles, los patrulleros de servicios generales, las lanchas tipo Protestor bajo el proyecto Danubio. En el contexto internacional, ha construido el OPB, parecido a una corbeta, para Islas Mauricios, que contaba con tecnología fantasma y un buque para investigación científica insonoro, de altísima tecnología, para Islandia. Esto nos dice que a pesar de no haber hecho un buque de guerra como una fragata, cuenta con la experiencia para hacerlo.

P: ¿La Armada ha evaluado establecer alianzas con astilleros internacionales para realizar un trabajo conjunto con Asmar?

R: Yo creo que la construcción de fragatas pasa por una alianza de Asmar con astilleros extranjero con experiencia, quienes son los que finalmente van a licitar. Asmar no va a construir por su propia cuenta, sino que va a tener que hacer una alianza. La voluntad nuestra es que el buque sea construido en Chile, pero hay que ver que resuelve el conductor político. A lo mejor sería conveniente que uno de ellos se construyera en el extranjero y los otros en Chile.

P: ¿Han tenido contacto con astilleros internacionales?

R: Han habido contacto con varios astilleros a modo de consulta con países como Inglaterra, Alemania, Estados Unidos, Canadá, Corea del Sur, pero solo cuando se apruebe llamar a licitación se va a definir la lista.

P: De concretarse el proyecto, ¿cuándo se empezarían a construir las fragatas?

R: Debiéramos iniciar la construcción aproximadamente un año después que se
apruebe llamar a licitación.

P: Desde su perspectiva, ¿cuál es el impacto que tendría la construcción de fragatas en Chile?

R: El impacto es muy alto. En lo que se refiere a la construcción misma, se van a generar cerca de 1.800 empleos directos. A lo mejor en el proyecto en sí, no se va requerir uso intensivo de mano de obra por toda la tecnología que hay de por medio, pero sí una gran demanda de empleos desde los de más alta calificación hasta los más básicos. (ingenieros, técnicos, soldadores). En algunos casos se van a tener que buscar en otros lugares del país, para después proyectarlo en el tiempo y renovar así el recurso humano. Asimismo, se van a generar muchos empleos indirectos por servicios prestados. El impacto se dejará sentir también en la educación, en la investigación, en el desarrollo científico y económico. Asociado a este proyecto está el tema de los offset, de la participación industrial indirecta, que también genera empleos directos e indirectos dependiendo de los proyectos que se aprueben.

FINANCIAMIENTO

Tanto el proyecto Puente como el Fragatas generaron gran expectación a nivel mundial y llevaron a países como España, Alemania y Rusia a presentar a la Armada chilena sus mejores ofertas, iniciando así una fuerte ofensiva para adjudicarse el proceso.

Sin embargo, tanto la ministra de Defensa, Michelle Bachellet, como el Almirante Vergara han considerado que cualquiera sea el país y el tipo de fragata que se adquiera, siempre se van a considerar los offset o compensaciones que permita a Chile beneficios sociales y tecnológicos por la misma cantidad de recursos invertidos.

Aunque aún no es preciso hablar de montos exactos, se estima que el costo final de las fragatas que la Armada comprará es de 50 millones de dólares, unas diez veces menos de lo que cuesta un equipo nuevo de esas características.

Fuente: El Sur de Concepción